El espejo y yo

¿Por qué no estamos destinados a ser amor eterno?
Porque el destino, la vida, así lo decidió.
Así zanjó nuestra historia.
Quizás nuestro amor simplemente fue un romance, y ya.
Y eso.
Tanta soledad,
incomprensión
y dolor.
Compañía,
abrazos,
caricias,
deseos,
miradas
y te quieros
sin amor,
sólo con dolor.
Qué triste, ¿No?
Míranos, partidos en dos,
divididos,
separados a pesar de estar juntos,
pero sin ser.
Sin ya querer(me).


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