Y qué locura. No tenemos personalidad, nadie la tiene hecha y derecha. La construimos día a día, la vamos moldeando. Va cambiando, mutando. Y es curioso como unos imitan a otros y como los otros imitan a otros más. Porque si no copiamos lo que nos parece correcto y bueno, no somos y nunca seremos. Y estamos haciéndonos, construyéndonos. Y es bonito y a la vez no. Porque se plagia, y plagiar no es hermoso. Lo realmente hermoso es lo raro, lo defectuoso. Lo innovador; lo perfectamente imperfecto. Aquello real, no verdadero, real.
Desigual
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