Amor

Las paredes temblaban y nuestros corazones alcanzaban el éxtasis.

Caí rendida justo en aquel momento porque nos hicimos el amor mutuamente.

Fue único, inolvidable y mágico.

Él era mago, lo sigue siendo.

Y es que hacía que a mí me gustara, encantándome, enamorándome.

Sus ojos achicados, observándome, y mis manos en su pelo.

Placer y sólo placer.

Perfección absoluta.

Fuimos uno, nos fusionamos.

Y ahora enamorados estamos.

Aquello fue amor, puro, sin grietas, sin rasguños, sin dolor.

Volamos juntos.


Descubre más de perezitablog

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Comentarios

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más de perezitablog