Mis Navidades han cambiado. Y no quiero ilusionarme pero has aparecido tú. Creo que a partir de ahora todo será distinto. Porque me cantas con palabras, no disparas balas, sino bombas de amor y me cuelgas sonrisas en mi alma.
Las luciérnagas estaban en el cielo, parpadeantes, disparando chispazos de felicidad, como nuestros ojos, que brillaban a la luz de la luna.
Y volé, porque me sentí en una nube, contigo.
Volé, en aquel primer beso que te robé y en los de después que me robaste.
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