Alma de mujer

Hay domingos que son para echarse de menos y, otros, para emborracharse de más. De salir, de vivir. Que con un poco de Ron, risas y salvajerías varias, se puede ser feliz. Porque las dos amigas que tengo están locas, rotas y solas (como yo). ¿Mi virtud? Mi empoderamiento, mi fuerza y mi pasión por lo que sea. Hay que echarle amor al arte con un poco de sal, además de dos ovarios bien puestos. Y sino, un alma de mujer va donde sea. Donde quiera. Que vuela, y voló. Saltó y derrapó por el cielo.


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