Me siento como que soy el jodido error, que tengo que pedir perdón por todo cuando, en realidad, los que necesitan perdonar son los demás. Y cuando, la verdad, es que me tengo que perdonar a mi misma por todo el daño que me he hecho, sin querer y queriendo.
Me siento mal;
echándome las culpas siempre,
sintiéndome un jodido caos
-sin solución-.
Ellos, los humanos, y yo
nos distinguimos en algo.
Y es hora de cambiar.
Tengo voz,
cuerpo
y alma
y me debo vivir sin dolor ni tristeza.
Me merezco ser feliz.

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