Hoy hay un cuadro distinto; el cielo está más iluminado. El calor no se aprecia y aunque vaya con una camiseta de tirantes, sigo sintiendo Marzo, cayendo en mis hombros. El peso de sus días se me ha quedado calado en los huesos; me tiritan hambrientos.
Agradezco al mundo esta pequeña pausa, porque él como yo, necesitábamos respirar. Parar. Reflorecer y sanar.
Deja un comentario