Un momento en el cielo, otro en las nubes. Mirad el sol, haciendo resplandecer nuestras sonrisas. Deslumbráis por vuestra sencillez, andando poco a poco hacia el altar. Allí os besáis para dar a entender que sí, que el amor es así, existente entre nuestros corazones, y los vuestros.
Rosas florecidas, después, enternecidas. Alegrías. Y pétalos, arrimados, en el suelo, en la hierba. Viento que los hace volar hacia el horizonte más lejano, el de las montañas. Y allí, navegando van en busca de vuestras almas, enamoradas.
La música suena al compás de las hojas, verdes, sinceradas. Buen momento, bonito recuerdo. Queréis para ser amados. Os merecéis eso y más. Inventasteis un nuevo mundo, lleno de complicidad, harmonía, paz y tranquilidad. Y turbulencias que, poco a poco, fueron deshaciéndose. Porque cada paso es uno menos, y uno menos es uno más.
Y todos coméis, con las comisuras de vuestros labios hacia arriba. Es momento de disfrutar, de quereros más, hasta explotar. Que todo sea amar como vosotros sentís. Que todo sea cantar, y volar. Que todo sea verdad, que se haga realidad. Y se hizo, se cumplió. Más de un millón de segundos llenos de la eternidad, llenos de amor.
Os quise, os querré. Os estoy queriendo.
De vuestra nieta mayor.
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