Etiqueta: poesía

  • Querer(me) siempre

    Me gustaría escribir(me) por y para mí,
    sentirme y no dejar de reír.
    Me gustaría cantarme, bailarme y fluir -conmigo-.
    Sí, porque ya es hora de ser egoísta,
    de dejar atrás a aquellas personas,
    cosas,
    momentos
    y estaciones que son depresiones sin sentido,
    que son emociones y, aún así, siguen queriéndose.

  • Es la hora

    Sin más,
    sin puntos suspensivos,
    sin quizás
    y sin un mañana.
    Y lo siento, no voy a permitir(me) fingir sonrisas.
    Porque me dejaré fluir y sonreír a carcajada limpia.
    Y si un día me veo triste,
    dejaré bajar el río por mis mejillas y luego saldré airada,
    sin porqués,
    ni cuestiones sin respuesta,
    ni dilemas en mi cabeza.
    Ya es hora de vivir porque quiero ser feliz.

  • Brillando

    Llegar del trabajo, comer y salir de casa a las tres de la tarde para ir a tu encuentro. Y cuando llego me siento ajena a ti. Porque me doy cuenta de que, quizás, me quieres menos o soy un simple deseo -del momento-. E instantáneamente me reflejo en el espejo viéndome más yo;
    más mujer,
    más humana
    y menos rota.
    Porque, querido, cuando una ya no se ve diminuta,
    ni triste,
    ni decaída,
    brilla y deslumbra en la vida.

  • Presentimiento

    Hay algo que no está bien.
    Lo presiento.
    Ese dolor en el pecho,
    esa presión en el estómago.
    Sentir(se) sin ser ya mujer,
    y aún así siéndolo.

  • Algo

    Me siento como que soy el jodido error, que tengo que pedir perdón por todo cuando, en realidad, los que necesitan perdonar son los demás. Y cuando, la verdad, es que me tengo que perdonar a mi misma por todo el daño que me he hecho, sin querer y queriendo.
    Me siento mal;
    echándome las culpas siempre,
    sintiéndome un jodido caos
    -sin solución-.
    Ellos, los humanos, y yo
    nos distinguimos en algo.
    Y es hora de cambiar.
    Tengo voz,
    cuerpo
    y alma
    y me debo vivir sin dolor ni tristeza.
    Me merezco ser feliz.

  • Pelos de punta

    Pelos de punta al ver, escuchar y sentir.

  • Estrellarse

    Sentirse mal por dentro y caer,
    resbalar
    y estamparse
    en las nubes del cielo,
    que estallan
    de amor
    y dolor
    a la vez.

  • Con chispazos

    Créeme cuando digo que la vida no es más bonita sin ti, tampoco sin mí.
    No pretendas que me ponga a llorar,
    a estallar,
    porque sí.
    No es así.
    Hay formas de ser
    y maneras de vivir
    (en paz y con chispazos de locura).

  • Verbena de brindis

    Por una verbena distinta,
    por una noche de brindis,
    de que brillen tus ojos
    (al mirarme)
    y sonreírte porque los dos sabemos lo que hay en nuestro interior,
    un sentimiento lleno de amor.
    Un nuevo color,
    las estrellas estallando en el cielo
    -como las mariposas en mi estómago-
    y los besos que sean a todo sabor.

  • París

    Quiero, París, verte con otra mirada,
    observarte,
    deletrearte
    con la lengua y a placeres.
    Los momentos, espontáneos,
    son los mejores.
    Y las risas a tu lado también.
    Porque no hay mejor que ser humana,
    caótica
    y sonreírle al viaje que me espera;
    un futuro lleno de rosas florecidas,
    compartidas
    y aún por vivir,
    será algo
    -aquello-
    mágico.

  • Reflejo(s)

    Emborracharse a las seis de la tarde,
    no distinguir entre querer y amar(te)
    y borrar(se) una misma
    en el reflejo del espejo,
    mirada a mirada.

  • Cúrame

    Venga, nene,
    bésame
    el alma
    y cúrame la piel.

  • Viviéndome

    Fueron días rotos,
    ahora vuelve la ilusión
    por vivir(me).

  • Desamor

    Vete (jodido desamor),
    aléjate de mí.
    Es un sufrir constante,
    es un morirse presente
    y un «no avanzo» contínuo.
    Es un,
    querido
    ya no quiero querer(te).

  • Me parto, y desciendo

    ¿Cómo describir la escena?
    ¿Cómo definir, en palabras, como se parte por la mitad?
    Cuando se abre el telón de cualquier teatro;
    mi corazón y,
    con él,
    mi caparazón.
    Vuelo sin razón,
    me estrello
    por el sendero del cielo.
    Ya no hay quien
    -alguien-
    que pueda sostenerme.
    (Ni yo misma).

  • Cojo de alma

    ¿Que no me ves?
    (No me ves).
    Lo rota que estoy,
    lo mal que voy
    -por el sendero de la vida-.
    ¿Sabes qué pasa amor mío?
    Que estás cojo de alma,
    por ella (el pedazo) y no por mí.
    Porque, bueno, sigue ahí
    en tu pecho
    y yo ya no.
    -Ya no-.

  • Recuerdo lejano

    Ya no leo (libros).
    Tampoco vivo (mi vida).
    Ni siento (sentimientos).
    Y miento, al verme,
    al verte
    en un recuerdo lejano.

  • Parpadeando

    Fuimos a pasear, estábamos sentados en un bar. Charlamos distendidamente mientras nos tomábamos una bebida cada uno y compartíamos unas bravas. Fue bonito mientras duró. Porque pensé, no sé por ni para qué. Hay veces que tengo miedo, y me oculto entre las sombras -las mías-.
    Y hay otras que simplemente lo suelto todo a bocajarro. Estallo. No es que pueda o no, es que no quiero guardarme lo que siento, lo que me emociona o me hace temblar.

  • Cuesta (arriba)

    El otro día paseaba por las calles de mi ciudad y no reflexioné hasta ahora, que me he puesto a escribir, a vivir entre palabras. La vida pasa volando, es fugaz y por eso hay que sentirla a cada latido.
    Es cierto, cuesta (arriba).
    No hay nada más bonito que dejarse ser, que fluir.

  • Domingos

    Un domingo de família, de comida y estar en el sofá.
    Un domingo de tarde con amigos, de cine y palomitas.
    Un domingo de estallar a llorar.

  • Sangre alterada

    Con ojeras,
    ansiedad
    y tristeza
    voy tirando
    como puedo,
    como no debo.

  • Tal vez

    Podría ser feliz si quisiera,
    sólo con un poco de voluntad.
    Pero ya no puedo.
    Y sé,
    sé,
    que así me ahogo,
    me aislo
    y me pudro
    en mi soledad.
    Créetelo,
    porque duele.

  • Ámalo

    Ama mi caos, ámalo. Porque soy caóticamente jodida. Te mataré, y luego moriré de un balazo en el pecho. De un portazo. Va a doler.
    (Dolerá).

  • Viviendo

    Pensar, y escribir.
    Leer, y pensar.
    Y, luego, vivir para después sentir.

  • Escribiéndonos

    Y por salud mental voy a dejar de escribirte,
    de escribirme.
    De ser naufragio entre tanto mar,
    de agarrar de frente el dolor
    y comérselo con pudor.
    De ser tanto en tan poco tiempo,
    en milésimas de segundos.
    Porque me está matando.
    Siempre he sido caos,
    pero ahora soy más lío
    que hilo.
    Y es cierto que habrá días, incluso noches,
    donde seré escrita,
    donde me deletrearás con tu lengua,
    hasta con tu mirada.
    Pero he llegado al límite de sentir,
    ¿Eso es posible?
    Pues sí,
    porque he pasado de amar a sufrir.
    Y, duele.

  • Inundación

    Hambriento,
    mi corazón.
    Y día a día se
    me cierra la razón
    y se inunda todo mi ser
    de sentimiento puro.

  • Sangrando

    No hay manera y no avanzo.
    Necesito escribir,
    vivir
    y sufrir.
    Sanar en un acto de valentía,
    en el de sangrar a corazón abierto.

  • Bésate

    Vérsate a ti mismo;
    que sé que suena de locos
    pero amarse y armarse van unidos,
    de letras,
    de poesía.
    Y cántate,
    y ríete
    y llórate.
    Baílate un vals;
    sonará absurdo,
    tonto
    o incluso un sinsentido.
    Es más bonito de lo que crees;
    reconforta
    y, sana.

  • El acto de amar

    Un día te florecerán las rosas de tu alma, y después de sobrevivir sin nada, crecerás y apreciarás el amar; el solo y el acompañado.

  • Libros

    Cada persona tiene una historia y es un mundo.
    Y qué hermoso;
    es como un libro cerrado lleno de literatura.
    Y qué emoción querer descubrirlo.

  • El dolor tocando a la puerta

    «Mi abuela decepcionada conmigo,
    a mi madre le doy pena.
    Mi hermana que se burla de mí
    y mi padre, el único orgulloso.»

    Mira, yo no decidí que sufrieramos.
    Nos tocó, el dolor nos eligió
    siguiéndonos para matarnos.
    Que la vida es mala suerte,
    mala fama.
    Fúmatelo todo, total,
    te vas a morir o te van a matar.
    Tú decides si vivir o sufrir.
    Si reír o llorar.
    Agarra al mundo con la mano, sostenlo.
    ¿Qué más da ya?

  • Otros dibujos

    Veo que esto me ha hecho daño, y me duele. Estos dos meses sin vernos han sido el atardecer más vacío.
    De tu vida,
    de la mía.
    Algo se ha roto;
    no sé si el hilo rojo,
    no sé si nuestros corazones tristes,
    no sé si aquello que más nos unía.
    Nuestros labios,
    nuestros cuerpos.
    Porque nosotros sin ser, somos
    y, siendo, dejamos de serlo.
    Como estar sin estar.
    Estoy decepcionada;
    lo esperado,
    la expectativa,
    se ha roto en cristales pequeños.
    Ya no somos los mismos de antes;
    y es que a pedazos,
    a esbozos
    y a peldaños cada vez más gruesos,
    nos desdibujaron para pintarnos siendo otros.