Etiqueta: literatura

  • Algo

    Me pasa algo: ya no sé qué escribir, porque ese qué se fue alejándose lentamente. Y es triste y a la vez bonito. Por un lado, porque ya no escribo y a mí me gustaba y era necesidad, pasión y vida. Y, por el otro lado, es bonito porque aunque no escriba sigue siendo un caos lleno de arte.
    «No está mal», pienso.
    Tampoco bien.
    Simplemente que quiero hacerlo.
    El caso es que necesito vivir o, mejor dicho, quiero vivir. Sí, eso es. Me apetece vivir. Ya sea lo malo, lo bueno o lo que aún está por decir y hacer.
    Sólo quiero vivir para poder escribir.

  • Marina de Carlos Ruiz Zafón

    Es una historia intrigante que te deja la piel de gallina y el corazón encogido a cada palabra leída. Se me ha creado un nudo en la garganta, el corazón se me ha evaporado y, yo, ya no soy yo sino otra.

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    Marina de Carlos Ruiz Zafón

    Carlos Ruiz Zafón (1964 – 2020), novelista español y escritor ejemplar. Su obra más famosa es La sombra del viento con 15 millones de ejemplares vendidos y ganadora de numerosos galardones.

    El protagonista de Marina es Óscar Drai, niño que estudia en un internado, vive soñando y, por las circunstancias de la vida se encuentra con una chica. Juntos se adentran en una aventura llena de intriga, llenos -ellos- de curiosidad, y dolor. Uno que te rompe indefinidamente donde te quedas más roto de lo que ya estabas. Donde el vacío se agranda en tu pecho.

    Es una historia deslumbrante que te atrapa des del principio dejándote huella y con el corazón descosido, deshilachado. Fascinante. A cada frase leída, un sentimiento escalofriante recorría mi ser interno. No podía detenerme, necesitaba leer más, mucho más.

    Con el final, y toda la historia -sus intríngulis, los sentimientos encontrados en mí, los personajes, la trama… Es decir, todo lo que forma este libro- me quedé estupefacta. ¡Librazo!

  • Marina, Carlos Ruiz Zafón

    Es una historia intrigante que te deja la piel de gallina y el corazón encogido a cada palabra leída. Se me ha creado un nudo en la garganta, el corazón se me ha evaporado y, yo, ya no soy yo sino otra.

    Carlos Ruiz Zafón (1964 – 2020), novelista español y escritor ejemplar. Su obra más famosa es La sombra del viento con 15 millones de ejemplares vendidos y ganadora de numerosos galardones.

    El protagonista de Marina es Óscar Drai, niño que estudia en un internado, vive soñando y, por las circunstancias de la vida se encuentra con una chica. Juntos se adentran en una aventura llena de intriga, llenos -ellos- de curiosidad, y dolor. Uno que te rompe indefinidamente donde te quedas más roto de lo que ya estabas. Donde el vacío se agranda en tu pecho.

    Es una historia deslumbrante que te atrapa des del principio dejándote huella y con el corazón descosido, deshilachado. Fascinante. A cada frase leída, un sentimiento escalofriante recorría mi ser interno. No podía detenerme, necesitaba leer más, mucho más.

    Con el final, y toda la historia -sus intríngulis, los sentimientos encontrados en mí, los personajes, la trama… Es decir, todo lo que forma este libro- me quedé estupefacta. ¡Librazo!

  • Bésame

    Besa cada poro de mi piel,
    siente
    y sientéme
    para así,
    en un futuro,
    poder recordar
    y rememorar
    lo bonito,
    lo querido,
    lo que fue
    y lo que sigue siendo.

  • Sensaciones positivas

    Yo también viví una etapa de mi vida dolorosa.
    Sufrí,
    lloré,
    quise,
    ¿Y sabes qué?
    Gracias a ello me amé aún más.
    Ahora,
    ahora bien
    y mañana mucho mejor.
    Porque vivo el momento,
    mi vida vibra de sensaciones positivas.
    Qué espectacular.

  • Cicatriz abierta

    Me derrumbo
    cuando pienso
    (siento)
    aquel amor adolescente
    del pasado,
    de la frustración
    y del dolor.
    Créeme,
    fue duro.
    «Ya pasó, ya pasó»
    me digo,
    pero no pasó.
    Porque nos vimos en verano,
    uno caluroso,
    lleno de silencios,
    de nadas
    y recuerdos.

  • Ya no sé

    Ya no sé qué hacer,
    ni cómo decir
    o sentir.
    Ya no sé
    porque siento
    y vivo el momento.

  • Ángeles oscuros

    Dejar almas negras atrás,
    en el pasado
    para poder progresar,
    transformar
    y evolucionar
    como persona.
    Para sanar.

  • Rebelde sin causa

    Hay veces, días y también noches
    donde soy más mar
    -caos-
    y corazón sangriento
    que mujer.
    Y está bien.
    Me derrito,
    me derrumbo
    me destruyo
    sola,
    rebelde
    y sin causa.

  • A corazón valiente

    Quererme por dentro,
    a corazón valiente
    y sin miedo.
    Porque puedo,
    porque me debo amor
    y porque me necesito.
    Siempre.

  • Vacilando al amor

    A veces me pregunto como alguien puede quererme.
    Por eso dudo
    o vacilo
    ante el amor.
    Y tengo miedo
    y no sé qué incrustrado ahí,
    en mi pecho.

  • Quizás mañana ya sí

    ¿Qué ha pasado?
    Después de tanto tiempo,
    de tantos cuentos si fin,
    de tantas copas con hielo
    y cicatrices sin curar.
    Heridas con gangrena,
    con historias
    y muchas vidas.
    No querer sufrir más
    y acabar siendo dolor porque sí.
    Tu cabeza te juega malas pasadas,
    páginas que serás incapaz de pasar,
    libros imposibles de cerrar.

  • Páusate

    Estamos destruyendo la Tierra,
    no sé porqué
    pero tengo la necesidad
    de decirlo,
    de escribirlo
    y de describirnos en vano.
    Hemos evolucionado,
    aunque nuestras neuronas
    se han derrumbado.
    Una a una,
    pedazo a pedazo
    y subiendo o bajando
    de peldaño en peldaño
    en ningún momento
    se nos pasó por la cabeza decir «basta».
    Al tiempo,
    al cielo,
    al viento,
    al sexo,
    al amanecer
    y al anochecer.
    Al llanto,
    a la risa,
    al poder de decir no.
    Al acto de sentir.
    ¿Lo véis?
    Nunca nos hemos detenido
    y, aún así,
    nos obligan,
    o quizás nos obligamos,
    a seguir.
    Ya no se trata de querer o no querer,
    esto es una necesidad,
    un grito a la esperanza,
    al silencio -tan querido- de la pausa.

  • Brevedad

    Por un instante se me olvida el presente, el ahora, donde estamos y de donde venimos. Es cierto que cada uno de nosotros -como seres humanos- somos arte, a nuestro antojo y de nuestra forma. Se nos olvida algo: aquellos que fueron, en pasado. Y que ya no están, y que sí son. De ellos nació un caos hermoso. No sé muy bien a quien dedico esto, ni hacia donde se dirige. Sólo sé que estoy aquí y se lo agradezco al cielo. A mi cielo; a mi andar, a mi pelo y a mi corazón. Mi forma de ser humana. De ser yo: mujer. Porque quizás, por no decir probable, en un mañana ya nada. Nada de nada y nadando nos vamos, me voy. Un despido, un cruzar la acera, un girar la esquina, un correr y un querer(se) constante. Créeme, ya no somos ni seremos, pero siempre -siempre- volaremos.

  • Oír

    Escuchar el sonido de la calle,
    como las personas hacen cosas;
    como se mueven,
    sienten
    y viven.
    El repiquetear de los corazones tranquilos,
    pausados
    y queridos.
    Hay paz.
    Porque es verano,
    uno con abundacia de calor
    y poco dolor.
    También hay relleno
    y un rellano en el que me despido contigo cada dos por tres;
    por el momento
    somos.
    Es…, Bonito.

  • El espejo y yo

    ¿Por qué no estamos destinados a ser amor eterno?
    Porque el destino, la vida, así lo decidió.
    Así zanjó nuestra historia.
    Quizás nuestro amor simplemente fue un romance, y ya.
    Y eso.
    Tanta soledad,
    incomprensión
    y dolor.
    Compañía,
    abrazos,
    caricias,
    deseos,
    miradas
    y te quieros
    sin amor,
    sólo con dolor.
    Qué triste, ¿No?
    Míranos, partidos en dos,
    divididos,
    separados a pesar de estar juntos,
    pero sin ser.
    Sin ya querer(me).

  • Revoltijos, y yo

    La gente riendo y
    yo llorándome.
    Porque siento cosas
    (sentimientos)
    que son revoltijos en mi estómago,
    y corazón.
    Lo siento,
    pero voy a ser egoísta,
    voy a pensar en mí.
    Voy a brillar.
    Y punto.

  • Estallido

    Ayer el concierto,
    la música,
    la letra
    o la melodía
    te rompió el corazón.
    Fue el momento,
    recordar tu pasado,
    aquel tan doloroso que parecía no tener salida.
    Tu destino es ser ser,
    pero hay veces que ni uno mismo se entiende,
    se reconoce,
    se quiere.
    Así que,
    o arreglas tu pasado volviendo a él
    o lo cierras para siempre.

  • Palabras afiladas

    Dudas que se me quedan atragantadas en el corazón, que luego duelen porque se llena de suciedad, de incerteza.
    Empieza a frustrar y a doler,
    a matar por dentro
    y a apretar lentamente
    como si te estuviesen clavando una espada
    en el pecho
    al son de una balada.
    ¿A que mata?
    Pues así me siento yo;
    triste,
    y cada vez más rota,
    más hueca.
    -Menos yo-.