Etiqueta: literatura
En nuestro corazón, siempre
Es curiosa la vida: cómo todos venimos de esos estudios humanísticos, siendo unos jovenzuelos, dirigiéndonos a estudiar aquello que creemos amar. La literatura, la lengua y la cultura de cualquier idioma. Maravilloso. ¿Porque realmente la amamos? Para mí, leer y escribir me salva, me sana y me rompe. A veces en ascendente y, otras, voy del revés. De cabeza hacia abajo. Y me gusta, me encanta. Me enamoro (de mí). Porque siendo como soy -caótica de pensamiento, firme de sentimiento y con el instinto al vuelo- aterrizo y subo como quiero, como puedo. Quizás es algo bueno, quizás no. Me ayuda a crear arte, a sacar de ahí, de mi ser interno, lo que siento y lo que viví en pasado y en un presente eterno.
Al fin y al cabo,
un escritor,
un texto,
un poema,
una frase
y una palabra
siempre quedará en nuestro corazón.Sin leerte
Me puse palida al escuchar tus primeras palabras. La tensión recorrió mis venas y mi corazón palpitaba de prisa, sin detenerse. Comenzaste a narrar tu historia. Mis sentidos estaban a flor de piel y la razón que me quedaba se esfumó. A medida que ibas explicándome la situación, fui comprendiendo. Eso, se llama empatía. Me puse en tus zapatos, en tu ropa. Por suerte, tu relato terminó con un buen final. Luego, me carcomí los sesos y el cerebro. Sí, porque volví a recrearme en ti, a ser un tú en el pasado, en ese verano. Me dolió, me rompió. «Finges bien», pensé. No te descifré, no pude entre ver la verdad, la angustia que suspiraba -frágilmente y en silencio- tu corazón.
Que sea eterno
Sé que te irás
porque llegará el día
en el que el santo al cielo se matará de tanto subir;
el tiempo al vuelo, que vuela.
Qué rareza,
vaya destreza
y si que mientes mal.
Porque las flores,
las flores se van
marchitándose
y aquel chico de la escuela quizás regresa.
Yo toda coqueta
comiéndome el mundo,
derrumbándome por las noches
mientras la lluvia cae un día
de noviembre.
Quiéreme,
y quédate.
(Quédate).
No hay nada más hermoso que sigas ahí,
a mi lado.
Y que la chispa se convierta en fuego
quemando nuestro infierno,
en un otoño lleno de vida,
de rosa florecida
en nuestro interior
y que sea eterno
ese incendio.Quédate amor
Siento cosas,
muchas.
Un pasado que se arrastra hacia el presente,
-el hueco del dolor incrustrado en mi corazón-.
Hay algo por hacer aún, lo sé.
Porque la vida,
joder como mata,
hace que vibremos
al son de una canción.
La que revive los sentimientos y emociones,
los momentos
de aquellos días que parecían eternos.
Créeme
y miénteme a la cara mientras haces que te vas,
y te quedas porque sí,
sin más.Nunca
Jamás entenderás
ese sentimiento provocado en mí,
porque tu empatía
y simpatía
se fueron o,
quizás,
nunca las tuviste entre tus manos.
Y si fue así,
las dejaste caer
para luego pisarlas
y arrastrarlas
hacia el hueco que tienes en tu corazón.
Ese vacío,
ese vuelco torcido,
esa maraña de emociones que revolotean en ti.
Estás perdida,
lo sabes.
Y eres una alocada que se hace odiar a muerte.
(Hasta que esta estalló).Mi mundo
Hoy veo el mundo
con una cortina
que nubla mi mirada
-llena de lluvia-
y vacía de alegría.
Hoy miro la vida sucia,
apagada,
ópaca.
Me gustaría decirle tantas cosas:
la desolación que tengo ahí dentro
provoca malestar en mí.
Me mata,
y no quiero.
Que se vaya,
que se vaya
esa energía negativa.Hoy
Hoy estabas hermoso,
por fuera y por dentro,
de corazón y cerebro.
Me hubiese gustado que te dejases querer,
que me quisieras más,
mucho más
que ayer
y un poco menos que mañana.
Siento que te amo tanto que va a doler el roce con el suelo,
será un golpe seco, breve pero con un dolor eterno.
Ojalá darte más,
ojalá ser nosotros
sin (querer) otros
-cuerpos-.
Porque puede ser muy bonito
y a la vez muy roto.El dolor ciega
Pienso en ti y en mí…
Tener miedo
a lo que pueda suceder.
El dolor me ciega,
me nubla.
Me entristece aquel futuro imaginado,
presupuesto
sabiendo de antemano que jamás
será lo pensado.Ilusión y desilusión, y así
Será que tengo las expectativas muy altas.
Demasiado.
Luego se estrellan,
y duele la decepción.
Mucho.¿Sabes…?
¿Sabes qué? Nuestro amor es como la vida misma;
la rosa.
Primero, la semilla donde empieza a nacer el sentimiento. Lo desconocido por conocer.
Después, crece porque se cuida día a día. Se riega, va floreciendo. Hay instantes donde se ahoga, brilla o necesita de más. Es el querer(se) mismo. Tal cual, sin tapujos.
Hasta que llega el fin donde se marchita. La vejez llena de sabiduría y madurez.
La rosa ya muere, pero ha dejado su semilla formando una familia. Creando otra vida en carne y hueso o en polvo. En el universo o más allá de las estrellas.
Ser nostros es ser amaneceres de todos los colores.
Y es hermoso.Piel y corazón
Te regalo los pétalos de mi rosa.
¿Te cuento un secreto?
Ella, es todo el amor que siento por ti.
Para que no se muera
sólo hay que regarla,
cuidarla
y amarla.Amarte en un vaivén
No supe qué hacer con todos los «te quieros» que me dijiste,
ni tampoco con todo aquello sentido.
No supe qué hacer con todo el amor recibido y,
¿Sabes qué?
Te lo devolví,
pétalo a pétalo,
sin dolor
ni temor
y con mucha ternura,
dulzura
y delicadeza
recibiste la rosa
-de mi corazón-,
ya florecida
para quererte,
para querernos.
Amarte en un vaivén
de caricias,
besos,
y miradas llenas de pasión
abrazando a tu alma
por un rato
(eterno).Recuerdo tras recuerdo, tú
He soñado contigo dos noches seguidas. No quiero soñarte más. Pensé, sentía, que aquella etapa ya la tenía superada, que aquel vacío que se fue formando en mi corazón estaba más que lleno, pero se sigue agrandando. ¿Serán los recuerdos que lo llenan de huecos sin querer? Mira, no lo sé ni quiero saberlo. Sólo digo «ya no más dolor ni pasado». Porque estoy bien, aunque no lo parezca soy feliz. Y también triste. Hay momentos en los que me gusta recrearme en ese sentimiento y sentir un poco del pasado. O mucho. No es malo, es sano si pienso, luego, en el error, en lo que puedo mejorar y aprender.
Y ya.