Etiqueta: blog literario

  • A corazón valiente

    Quererme por dentro,
    a corazón valiente
    y sin miedo.
    Porque puedo,
    porque me debo amor
    y porque me necesito.
    Siempre.

  • Vacilando al amor

    A veces me pregunto como alguien puede quererme.
    Por eso dudo
    o vacilo
    ante el amor.
    Y tengo miedo
    y no sé qué incrustrado ahí,
    en mi pecho.

  • Quizás mañana ya sí

    ¿Qué ha pasado?
    Después de tanto tiempo,
    de tantos cuentos si fin,
    de tantas copas con hielo
    y cicatrices sin curar.
    Heridas con gangrena,
    con historias
    y muchas vidas.
    No querer sufrir más
    y acabar siendo dolor porque sí.
    Tu cabeza te juega malas pasadas,
    páginas que serás incapaz de pasar,
    libros imposibles de cerrar.

  • Páusate

    Estamos destruyendo la Tierra,
    no sé porqué
    pero tengo la necesidad
    de decirlo,
    de escribirlo
    y de describirnos en vano.
    Hemos evolucionado,
    aunque nuestras neuronas
    se han derrumbado.
    Una a una,
    pedazo a pedazo
    y subiendo o bajando
    de peldaño en peldaño
    en ningún momento
    se nos pasó por la cabeza decir «basta».
    Al tiempo,
    al cielo,
    al viento,
    al sexo,
    al amanecer
    y al anochecer.
    Al llanto,
    a la risa,
    al poder de decir no.
    Al acto de sentir.
    ¿Lo véis?
    Nunca nos hemos detenido
    y, aún así,
    nos obligan,
    o quizás nos obligamos,
    a seguir.
    Ya no se trata de querer o no querer,
    esto es una necesidad,
    un grito a la esperanza,
    al silencio -tan querido- de la pausa.

  • Brevedad

    Por un instante se me olvida el presente, el ahora, donde estamos y de donde venimos. Es cierto que cada uno de nosotros -como seres humanos- somos arte, a nuestro antojo y de nuestra forma. Se nos olvida algo: aquellos que fueron, en pasado. Y que ya no están, y que sí son. De ellos nació un caos hermoso. No sé muy bien a quien dedico esto, ni hacia donde se dirige. Sólo sé que estoy aquí y se lo agradezco al cielo. A mi cielo; a mi andar, a mi pelo y a mi corazón. Mi forma de ser humana. De ser yo: mujer. Porque quizás, por no decir probable, en un mañana ya nada. Nada de nada y nadando nos vamos, me voy. Un despido, un cruzar la acera, un girar la esquina, un correr y un querer(se) constante. Créeme, ya no somos ni seremos, pero siempre -siempre- volaremos.

  • Oír

    Escuchar el sonido de la calle,
    como las personas hacen cosas;
    como se mueven,
    sienten
    y viven.
    El repiquetear de los corazones tranquilos,
    pausados
    y queridos.
    Hay paz.
    Porque es verano,
    uno con abundacia de calor
    y poco dolor.
    También hay relleno
    y un rellano en el que me despido contigo cada dos por tres;
    por el momento
    somos.
    Es…, Bonito.

  • El espejo y yo

    ¿Por qué no estamos destinados a ser amor eterno?
    Porque el destino, la vida, así lo decidió.
    Así zanjó nuestra historia.
    Quizás nuestro amor simplemente fue un romance, y ya.
    Y eso.
    Tanta soledad,
    incomprensión
    y dolor.
    Compañía,
    abrazos,
    caricias,
    deseos,
    miradas
    y te quieros
    sin amor,
    sólo con dolor.
    Qué triste, ¿No?
    Míranos, partidos en dos,
    divididos,
    separados a pesar de estar juntos,
    pero sin ser.
    Sin ya querer(me).

  • Revoltijos, y yo

    La gente riendo y
    yo llorándome.
    Porque siento cosas
    (sentimientos)
    que son revoltijos en mi estómago,
    y corazón.
    Lo siento,
    pero voy a ser egoísta,
    voy a pensar en mí.
    Voy a brillar.
    Y punto.

  • Estallido

    Ayer el concierto,
    la música,
    la letra
    o la melodía
    te rompió el corazón.
    Fue el momento,
    recordar tu pasado,
    aquel tan doloroso que parecía no tener salida.
    Tu destino es ser ser,
    pero hay veces que ni uno mismo se entiende,
    se reconoce,
    se quiere.
    Así que,
    o arreglas tu pasado volviendo a él
    o lo cierras para siempre.

  • Palabras afiladas

    Dudas que se me quedan atragantadas en el corazón, que luego duelen porque se llena de suciedad, de incerteza.
    Empieza a frustrar y a doler,
    a matar por dentro
    y a apretar lentamente
    como si te estuviesen clavando una espada
    en el pecho
    al son de una balada.
    ¿A que mata?
    Pues así me siento yo;
    triste,
    y cada vez más rota,
    más hueca.
    -Menos yo-.

  • Autoreflejo

    A veces siento como la vida se me cae encima,
    tu recuerdo y el mío
    -nosotros siendo otros-
    en la orilla del mar
    con el corazón colgando
    como si estuviésemos agarrando un cigarro
    a punto de marchitarse,
    de esfumarse
    y perderse en la nada.
    Piénsalo,
    siéntelo.
    Dolía,
    y ahora todo es más sano
    menos tóxico
    porque día tras día
    por las mañanas me miro al espejo
    y cuando veo mi reflejo sonrío
    queriéndome,
    sosteniendo mi alma al son del viento
    que aunque baje y suba
    nunca se detendrá
    y siempre caminará.

  • Emociones

    Borroso mi corazón
    -emocionado-
    que se llena de sentimiento
    y de amor
    gracias a ti.