No sabes lo que es romperse de golpe y,
luego, a pedazos.
Ni que tu corazón estalle, no a risas, sino a llantos. Y que tu cuerpo se desintegre, se marchite al compás lento.
No sabes lo que es ir muriendo en vida, no sabes lo que es vivir con los ojos abiertos, percibiendo cada sensación, sin sentir latir tu corazón.
Y se crea un caparazón alrededor tuyo.
Y empieza el miedo, el no saber, la indecisión, la inseguridad y la sonrisa falsa.
Comienza el yo y sólo yo y, que a los demás, los zurzan. Que te preocupas por ti misma, creándote una pared indestructible e interminable alrededor de tu ser.
Ya nadie puede volver a ser contigo, -ya nadie podrá volver a ser conmigo-.
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