Porque, al fin y al cabo, yo sólo sueño, entre letras, con historias escondidas en los libros.
Porque, yo sólo tengo antojos, de duración larga, difíciles de conseguir, imposibles. Se quedan atascados, atados.
Y es que, ya no sé vivir, se me va el ansia de querer. Porque el no poder hace que se te alcen murallas a tu alrededor, privándote del poder de vivir.
¿Y para qué asegurarme un futuro al día de mañana? ¿Para qué? Si yo sólo quiero vivir el hoy. Pero nunca será vivido. Siempre será un instante, largo, escurridizo.
Escuece, escuece tanto que es el acto de no sentir; ni por fuera, ni por dentro.
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