Arréglalo tú porque yo ya estoy cansada;
de sentir, de esperar y de llorar en silencios, entre suspiros.
Que la cuerda roja se está destensando, alejando nuestros cuerpos, y corazones.
Distanciándonos.
Me siento muy niña; inocente y poco astuta. ¿Cómo no me había percatado antes?
Que sólo queréis por interés y, cuando lo conseguís, desapareceis.
Pequeña grieta
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