Fue un instante de duda, de poesía. De querer tirarme al lago y ahogarme. Después de unos minutos salí a la superfície. Y levité y lloré al aterrizar. Y quise morir, claro. Pero no pude, no tuve el valor. Lo suficiente nunca es suficiente, ni válido. Necesito, ¿El qué? Siempre me pregunto y nunca llego. Demasiado tarde; el reloj cada día avanza más rápido y se estanca en aquel momento amargo.
Instante dudoso
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