Hay personas que a veces te decepcionan, y hay que acostumbrarse para levantarse y decir «No pasa nada». Te decepcionan con una palabra, un texto o una mirada. Una acción, un acto o, una poesía echada del revés, hacia atrás. Pero, hay que aceptarlo, no todos estarán para ti y, al final, sólo quedarás tú. Siempre estás tú. Y ahora, justo ahora, escribiendo este texto, estoy aprendiendo una lección. Que aunque sea tu amiga o tu madre, no siempre estará ahí, para apoyarte y quererte. Que tendrás que levantar cabeza y quererte tu misma, sin reproches, sin peros, con puedos.
Con «puedos»
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