Autor: perezitablog

  • Siendo

    Que está todo por hacer,
    por ganar.
    Te lo digo yo,
    cariño
    que aún así viviendo sin ser
    soy.

  • Mar y tierra

    Sentirse tierra y mar a la vez,
    ¿Cómo se lo explicas eso a alguien?
    Esa sensación de fluir
    y sufrir al mismo
    instante.
    Porque caminar rota ya es algo habitual,
    y sonreírle al mundo,
    a ratos y a carcajada limpia
    también es común.
    Es vivir dividida.
    Quizás es que la vida se parte
    y es cielo sin querer,
    y queriéndose
    porque sí
    y, tal vez, siempre.

  • Estrellarse

    Sentirse mal por dentro y caer,
    resbalar
    y estamparse
    en las nubes del cielo,
    que estallan
    de amor
    y dolor
    a la vez.

  • Sentir

    ¿Sabes qué es sentir?

  • De mucha vida

    Necesito un vino, emborracharme y volar contigo por haberme besado en los labios. Que vuelo, joder si vuelo. Y muero, también.
    Vestirnos coquetos, de sonrisas, de mucha vida. Aterrizar en Marte y amarte al son del mar. Que las olas nos toquen acariciándonos los pies, y los corazones.
    Después de la estación llega otra y, más tarde, el tren frena en seco. Derrapó ya hace tiempo llegando al son del viento. Como si la cosa no fluyera con los vagones.
    Iba sin pasajeros,
    sólo había dos almas salvajes
    separadas por el tiempo
    y unidas al momento.

  • Océano caótico

    No creo que me entiendas
    cuando digo que estoy cansada,
    derretida
    y deshecha.
    Porque una vez me dijeron
    «descansa» y no se pararon a pensar
    que necesitaba un abrazo,
    cobijarme en un amor cálido y tierno.
    Sentir que formo parte de algo, de alguien,
    y no perderme en el intento.
    Porque he estado toda mi vida
    buscando sin encontrar
    hasta que me di cuenta
    -hoy-
    de que ya no hay mar que amar,
    ni alma que sanar.

  • Des(hacerse)

    Todo estaba en mis manos,
    y lo dejé caer.
    La esperanza,
    la fe,
    las ganas
    y el querer hacerlo bien.
    Cerrar la etapa,
    cesar el miedo
    y agarrar de frente el dolor.
    Hacer las cosas con amor.
    Pero allí estaban mis manos,
    las que dejaron que me rompiera,
    que me deshaciera por dentro.

  • Con chispazos

    Créeme cuando digo que la vida no es más bonita sin ti, tampoco sin mí.
    No pretendas que me ponga a llorar,
    a estallar,
    porque sí.
    No es así.
    Hay formas de ser
    y maneras de vivir
    (en paz y con chispazos de locura).

  • Florecer contigo

    Florecer encima de tus caderas,
    estallar,
    otra era.
    Otro ser.
    Amantes del placer,
    del querer.
    Que nos siga doliendo
    hasta que la vida lo permita
    y que mueran las estrellas
    y las flores
    y lloren las nubes.
    Que el cielo se caiga,
    se rompa por la mitad
    sólo por sentir demasiado,
    tal punto de amarnos
    explotando el amor que tenemos dentro.
    Porque no hay mayor o peor alegría que ser amantes y amigos a la vez,
    y quererse y amarse para siempre.

  • Verbena de brindis

    Por una verbena distinta,
    por una noche de brindis,
    de que brillen tus ojos
    (al mirarme)
    y sonreírte porque los dos sabemos lo que hay en nuestro interior,
    un sentimiento lleno de amor.
    Un nuevo color,
    las estrellas estallando en el cielo
    -como las mariposas en mi estómago-
    y los besos que sean a todo sabor.

  • París

    Quiero, París, verte con otra mirada,
    observarte,
    deletrearte
    con la lengua y a placeres.
    Los momentos, espontáneos,
    son los mejores.
    Y las risas a tu lado también.
    Porque no hay mejor que ser humana,
    caótica
    y sonreírle al viaje que me espera;
    un futuro lleno de rosas florecidas,
    compartidas
    y aún por vivir,
    será algo
    -aquello-
    mágico.

  • Reflejo(s)

    Emborracharse a las seis de la tarde,
    no distinguir entre querer y amar(te)
    y borrar(se) una misma
    en el reflejo del espejo,
    mirada a mirada.

  • Cúrame

    Venga, nene,
    bésame
    el alma
    y cúrame la piel.

  • Viviéndome

    Fueron días rotos,
    ahora vuelve la ilusión
    por vivir(me).

  • Desamor

    Vete (jodido desamor),
    aléjate de mí.
    Es un sufrir constante,
    es un morirse presente
    y un «no avanzo» contínuo.
    Es un,
    querido
    ya no quiero querer(te).

  • ¿Volamos juntos?

    Necesito a alguien que me diga «Sí, hazlo. Yo vuelo contigo y, si no, aterrizamos juntos aunque sea de cabeza».

  • Gritos silenciosos

    Este es un mensaje de auxilio.
    Un aullido,
    un grito,
    un estallar hacia dentro.
    Un silencio,
    más de uno.
    Varios.
    Esto,
    es una nota
    para mí
    y para quien sienta que ya no puede más.
    Porque sí, porque no.
    Porque queridos lectores,
    vosotros que me leéis,
    o no.

  • Me parto, y desciendo

    ¿Cómo describir la escena?
    ¿Cómo definir, en palabras, como se parte por la mitad?
    Cuando se abre el telón de cualquier teatro;
    mi corazón y,
    con él,
    mi caparazón.
    Vuelo sin razón,
    me estrello
    por el sendero del cielo.
    Ya no hay quien
    -alguien-
    que pueda sostenerme.
    (Ni yo misma).

  • Cojo de alma

    ¿Que no me ves?
    (No me ves).
    Lo rota que estoy,
    lo mal que voy
    -por el sendero de la vida-.
    ¿Sabes qué pasa amor mío?
    Que estás cojo de alma,
    por ella (el pedazo) y no por mí.
    Porque, bueno, sigue ahí
    en tu pecho
    y yo ya no.
    -Ya no-.

  • Hechos (efímeros)

    Joder,
    quiero escribir una historia.
    Ya no sé si la mía, la tuya o la nuestra.
    Quiero escribir algo épico,
    aquello que se sale de la norma;
    un amor efímero pero lleno de realidad,
    (de amor).
    Hay dolor, más de uno.
    Se juntan,
    incrustrándose,
    muriéndose.
    Matándome.

  • Revolución

    Sin prisa y pausándome,
    el andar.
    Corazón revolucionado,
    las neuronas en el cielo
    y mis pies al vuelo
    sólo de pensar en ti.
    -Aquellos recuerdos-
    que serán eternos.
    Y el sentimiento
    que jamás se esfumará.
    Permenecerá,
    quizás,
    para toda la vida.

  • Recuerdo lejano

    Ya no leo (libros).
    Tampoco vivo (mi vida).
    Ni siento (sentimientos).
    Y miento, al verme,
    al verte
    en un recuerdo lejano.

  • Parpadeando

    Fuimos a pasear, estábamos sentados en un bar. Charlamos distendidamente mientras nos tomábamos una bebida cada uno y compartíamos unas bravas. Fue bonito mientras duró. Porque pensé, no sé por ni para qué. Hay veces que tengo miedo, y me oculto entre las sombras -las mías-.
    Y hay otras que simplemente lo suelto todo a bocajarro. Estallo. No es que pueda o no, es que no quiero guardarme lo que siento, lo que me emociona o me hace temblar.

  • Cuesta (arriba)

    El otro día paseaba por las calles de mi ciudad y no reflexioné hasta ahora, que me he puesto a escribir, a vivir entre palabras. La vida pasa volando, es fugaz y por eso hay que sentirla a cada latido.
    Es cierto, cuesta (arriba).
    No hay nada más bonito que dejarse ser, que fluir.

  • Primer latido

    No lo sé, te recuerdo -amor- del pasado. Siempre fuiste y serás mi debilidad aunque no lo parezca. Estuve enamoradísima de ti. Sin conocerte, sin siquiera hablarte, ni tocarte. Sólo me rozaste (el alma). Tan adentro. Me rompiste, quizás me rompí. Dolió tanto.
    No puede ser real lo que me está pasando ahora mismo, lo que estoy sintiendo. No hay llanto, pero sí nostalgia que arranca cada flor de mi corazón. Que se marchitan, se van. Se van. Dejé de creer en el amor por ti. Nunca regresé del todo de aquel estado tan emocional. Tan irracional.

  • Domingos

    Un domingo de família, de comida y estar en el sofá.
    Un domingo de tarde con amigos, de cine y palomitas.
    Un domingo de estallar a llorar.

  • Vivir entre libros

    Querer escribir, vivir entre libros y en una biblioteca que está llena de historias, de sucesos, de amores y desamores y, por encima de todo, de realidades. Buscar el momento y encontrar la estación exacta del desamor que me rompió el corazón. Porque el tiempo justo en el instante adecuado no existe. Y los besos de vez en cuando no sobran sino que faltan. Siempre.
    Me gustaría decirle al mundo, o a ti, que te quedases el resto de nuestros días, sí. A amar, a amarte y a amarme.