Me floreces por dentro,
derramando rosas ensangrentadas,
que con las espinas desgarras.
Matas.
Estás en mi interior, y matas.
Como mil agujas desgarrándome.
¿No puedes comportarte?
¡Por el amor de Dios!
Sé consciente de que, matas.
Sé comprensible,
¡compórtate odiosa pecora!
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