Y me sumerjo en una nueva historia para vivirla, para contarla.
«Ojalá estuvieras aquí», pienso. Y es que hace muchos instantes que ya no estás. Me has roto entera, de pies hasta alma.
Te odio tanto porque una vez te quise con todo mi ser. Y lo sabía que pasaría, que esto terminaría. Pero, ¿Por qué a mí? ¿Por qué siempre tengo que ser la de la mala suerte en eso del amor?
El desamor me concede demasiados bailes, y yo, que los bailo como una bailarina profesional. ¿Y para qué? Para romperme los huesos de tanto sufrimiento. Se desintegraron.
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