Tu mensaje

Entonces es cuando me llega tu mensaje de «Cariño hoy no sé si quedaremos».
Una decepción inexplicable llega a mí, porque quiero verte, porque me apetece estar contigo.
Y pasa la tarde, tú con lo tuyo. Yo con lo mío. La esperanza no se desvanece hasta que se acerca la hora de la cena y ya sé la respuesta, y el destino de ese día.
Tengo la manía de esperar hasta luego de mis clases para verte aún sabiendo que habrá instantes que no nos veremos, que no quedaremos. No por circunstancias turbias, sino por acontecimientos diminutos que, sin querer, nos distancian; en cuerpo y no en alma.


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