En esos días de lluvia es cuando más te echo de menos. Porque es un día de soledad, de encerrarse en uno mismo y pensar. Reflexionar sobre la vida y darse cuenta de que gracias a ti soy mejor y más persona. Que estando a unos cuantos quilómetros de distancia, te sigo sintiendo tanto, aquí, en mi corazón.
Y es felicidad.
Llueve alegría
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