Y, sé, que sólo son palabras, escritas con tinta de sangre, derramada de mi corazón. Que sólo tecleo, intacta alma, que a cada letra se va derritiendo porque estoy enamorada de ti. ¿Cómo soplarte estas palabras? Y de más, que siempre están de menos porque nunca son suficientes.
Escúchame, léeme, tú ahora a mí.
Susurrame, dime aquello que anhelas tanto e iremos a volar mundo, juntos.
Bésame, ya, no hay tiempo. Se está acabando. Necesito de tus lunares, contártelos -luna lunática, yo-. Tú, Universo, chispeantes, tus ojos marrones.
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