Yo sólo te espero a ti, al amor de mi vida -que no sé quién es- pero lo espero con alegría.
Todos los textos van dedicados a alguien, ese alguien indescifrable. Ese alguien especial. Tú, ese tú que no se sabe quien es pero que, cuando lo encuentre le diré: «Mira, lee bien, que todos esos textos son dedicados hacia ti, para ti. Te los regalo en versos, en deseos, en besos».
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