Ojalá -estoy delirando-,
ojalá no seas como los otros.
No quiero la distinción,
quiero la imperfección
y la esencia.
Un motor, tu corazón,
que te acerque a mí sin querer.
Y me busque queriendo,
y me encuentre.
Y me quiera,
y que me lo repita una y otra vez.
Porque no me han querido nada,
y no me lo podré creer.
Será irreal.
Demasiado surrealista.
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