Los chicos malos ocultáis mucho y enseñáis poco.
Carece de transparencia,
no hay luminosidad,
sólo en un principio que parece eterno
y, luego,
quebrantamiento sin piedad.
Un beso tierno, que abunda de pasión y amor,
para demostrar, en un futuro no muy lejano
que fue más una expectativa alta
que un objetivo claro.
Porque no se trata de lo que ves sino de lo que hay detrás.
De sentir, de vivir.
¿Lo sentiste? ¿Lo viviste?
Lo mío fue al empezar porque al acabar una decepción llegó a mi corazón.
Y la tristeza me invadió.
No fue amor,
fue placer instantáneo y dolor.
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