Belleza idealizada

La gente tiene un concepto de belleza idealizado, y no es bueno. Y hay que romper sus esquemas y los cánones de belleza. Porque estáis hartos -yo también- de miraros al espejo y no aceptaros. Que si más que si menos, eso, no es sano. Estoy cansada de que las personas de mi alrededor me digan que para qué voy al gimnasio si luego me zampo una hamburguesa o unas patatas bravas. Pues yo no voy al ‘gym’ para adelgazar, mi concepto de belleza no es: delgadez igual a hermosura o gordura igual a antibelleza. Es que yo no lo veo así, ya no. Los cuerpos son humanos, que cambian, que evolucionan, que crecen y envejecen. ¿Y qué hay más bonito que unas celulitis que son marcas de guerra? Que el paso de los años te dicen, te recuerdan, por todo aquello que has luchado. O que una cicatriz, o más. Que te animan a seguir hacia delante, para no olvidarte que has podido y podrás. O unas arrugas debajo de los ojos recordándote por todo aquello que has vivido y que ha valido la pena, y etcétera. Lo siento, a mí me fascinan los cuerpos, aquellos imperfectos; todos. Es decir, no somos perfectos y nunca lo seremos, y aunque nos esforcemos en ello, no. No vale la pena. Si los defectos es lo que hacen a las personas reales. Y eso, a mis ojos, es lo más hermoso.


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