Fue como nuestra primera cita después de tanto tiempo.

No recordaba exactamente cómo era que me besaras, hasta que lo hiciste.

Fue, perfecto.

Un instante lleno de nervios, de ternura y de amor, mucho amor.

Luego del roce vino el sexo;

las caricias,

el deseo

y el aliento acelerado.

Corazón palpitando a mil por hora.

Un «sigue» y un «métemela».

Hicimos el amor en plena crisis existencial del mundo.

Mi cuerpo temblaba y cuanto más cerca tú, más terremoto yo.

Era como una hoja cuando tirita,

lo mismo.

PD: Te amo mi queridísimo.


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