La luz va y viene, como el vaivén de mis caderas junto a ti.
-Pasado-.
Y miro por la ventana, no me dice nada. Luego me quedo pensativa y, de mientras, un mensaje tuyo: “Tengo ganas de besarte”.
Y me lo imagino: el hecho de que después de tanto tiempo, se te vayan las ganas de besarme.
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