Etiqueta: sueño

  • El poema desquiciado

    Por fin digo «por fin» sin decir «por fin». Te parecerá extraño. ¿A mí? Cuéntame los lunares y déjate de cuentos que van sin fin o escasean de lucidez. Me apetece ser la luna, o cualquier estrella que no se estrelle. ¿Ya lo estoy siendo? Enamórate de la felicidad y siempre terminarás en el bucle del sueño que tiene mucha finalidad llena de verdad, una muy pura. ¿Y las historias? Mejor pregúntate si la nuestra es de un nosotros lejano o cercano, de aquí al lado de las praderas, o romerías. O del lado de los colores translúcidos en que abundan los amaneceres grisáceos. Yo me quiero, yo me quiero, yo me quiero… me voy diciendo. Quédate así quieto y no muevas ni un dedo, o muévelos todos. Solo me apetece ensuciarme de palabras inéditas o excluidas o extraídas o extranjeras. Sencillamente me encantaría ser la poesía en persona y, al final, mi cara, y toda yo, somos un poema, aquel de prosa poética: el más breve y, al mismo tiempo, el que narra la nada y es la nada a la vez. La mirada déjala en el pasado, que se estanque.

  • Te

    quiero pedir un deseo

    y que se cumpla,

    pero no hay estrellas en el cielo 

    y yo me derrito en mi propio infierno:

    Quiero que seas tú, conmigo, aquí.

  • ¿Cómo (des)enamorarme de ti?

    Dímelo tú, si te veo en mis sueños, incluso en la realidad, tú, ahí, como una ilusión. Serán las ganas de verte, de querer quererte, de abrazarte, joder, de tenerte en mí.

    ¿Cómo olvidarme de ti?

    Si tengo tus pupilas clavadas en mi retina. Si soy adicta a tus sonrisas. Y cómo me miras… ficción bandida, vete, vete ya. Que venga la verdad y divida mi corazón en dos, devolviéndome la razón.

    Lo siento tanto por estar enamorada de ti. Por quererte así. Quería ocultar, evitar ese amanecer tan enamoradizo, lleno de colores latiendo, vacío de grises. Es verte y tirarme de cabeza en una ensoñación, la mía.

    Húndete conmigo en ese palpitar tan contento. Contigo a mi lado veo la vida brillar.