Etiqueta: amistad

  • Cuesta -arriba-

    El café a estallar,
    el cielo demasiado azul
    y yo ennegrecida.
    Quiero otra vida,
    porque
    hoy,
    hoy,
    cuesta -arriba-.
    Desciendo por los recovecos,
    otra vez,
    de mi ser.
    Me quiero ocultar,
    agarrarme el corazón
    y sacármelo de un portazo,
    o porrazo,
    ¿O polvazo?
    Quiero desenamorarme,
    sí,
    de ti,
    y de mí,
    y de nosotros juntos,
    aunque no lo estemos.
    Aunque seamos amigos,
    y ya.

  • Perder a una amiga

    Perder a una amiga es como perderse a una misma. De aquella forma se sintió. Así se siente. Mirarse en el espejo y solo ver, y no observar, el reflejo sin percatarse de los matices. Saber que estás mal desde aquel día, ser consciente de lo enferma que te pusiste y de cómo sigues. Tener muy presente que decaíste, de que moriste chocando, tristemente, con el bucle infinito.

    No sé para qué, bueno sí, para joderme, descubrí tu sentimiento. Lo que sentiste, y seguro que sigues sintiendo, hacia ella. Percibí, ya desganada, que te enamoraste perdidamente. Tú dijiste que era el principio de un enamoramiento, pero yo, después de leer a Mario Benedetti, tal y como dijo Don Rafael, cuando dices «creo que me estoy enamorando» es que ya lo hiciste hasta la llaga de tu -y mi- marchitado corazón. Fue jodido. Jodida estoy. Morí, muero y voy muriendo.

    Nosotras en aquella cafetería: ella hablando, yo diciendo mucho con la mirada. Callándolas, las palabras, en suspiros, en intentos de argumentar. La mierda ya estaba echada. El suceso ya anduvo su curso. No hubo opción de cerrar la puerta pues el cerrojo estalló, rompiéndose. ¿Y sabes qué? De una vez por todas, nada estuvo de mi parte.

    Me importa poco. Siempre he sido un zero a la izquierda. Prefiero florecer en mi soledad extraña, rota y malbaratada e ir haciendo malabares con mis sensaciones.

    Entonces, apareció el momento. Parecía algo superfluo y al asemejarse tanto a la nada, esa «nada» se convirtió en otro de mis huecos oscuros. El más ennegrecido. Destacó. La oveja negra, le nombraron los otros agujeros. Porque pensé que lo había perdido todo. Reflexioné innumerables veces: estoy sangrando. He perdido tanto que me estoy recreando en los recovecos de mi misma. Y sé que acabaré, para volver a empezar, sonriendo sin hipocresías. Seré un océano cristalino. Mientras tanto, miento.

    Y fin, de la incógnita.

  • Domingos

    Un domingo de família, de comida y estar en el sofá.
    Un domingo de tarde con amigos, de cine y palomitas.
    Un domingo de estallar a llorar.

  • Alocadas

    ¿Te acuerdas, amiga?
    Cuando escuchábamos a Amy Winehouse en los pasillos del instituto.
    Nos flipaba, éramos unas amantes del vivir;
    de volar entre cuatro paredes,
    de arriesgar
    y ser más que estar.
    Los profesores diciéndonos que aquello no era permitido.
    Y digo yo, ¿Qué sabéis vosotros del arte?
    De escuchar y más que oír sentir.
    -Sentir-,
    tú y yo alocadas,
    y bailando lo imposible,
    lo indefinible,
    lo infinito.
    Aquellas éramos -somos-.
    En los huesos,
    calándose -la melodía- en el corazón.
    Y empatizando y sufriendo;
    por ella,
    por nosotras
    y por todos aquellos
    -los que sufrieron, los que aún sufren-.
    Porque al fin y al cabo,
    lo que nos queda
    es un recuerdo lleno de amor.

  • Personas

    Hay personas que de poco sacan algo convirtiéndolo en mucho.
    Quiero a esas personas en mi vida.

  • Nunca jamás

    Ficción tras ficción,
    otra decepción más.
    Vete,
    y hacia atrás.
    Bailemos un vals,
    seamos rock ‘n’ roll.
    Quiero desaparecer
    e irme a volar hacia el nunca jamás.

  • Quiero todo contigo

    Quiero que me hagas trenzas,
    y me beses en la nariz.
    Quiero sonreír como una boba
    y bailar en medio de la carretera.
    Quiero un amor de primavera
    y ser verano en invierno.
    Y que me prepares una taza de leche caliente,
    que me cuides
    y observar las estrellas brillar.
    Quiero ver películas a tu lado con los pies tapados,
    quiero que me hagas cosquillas,
    quiero enfurruñarme y que me despeines por besarme sin parar.
    Que me abraces
    el alma
    y me acurruques en tu mirada.
    Dormir a tu lado cada día;
    quiero un enamoramiento para toda la vida.

  • Amiga

    Mira, niña, yo no soy nadie para equilibrarte emocionalmente, ni sostenerte mentalmente pero soy tu amiga y estoy aquí por y para ti. Es cierto que no me dejaré la piel -no me voy a quemar hasta morir-, no voy a esforzarme por hacer o decir. Que con cuatro frases no te haré sentir mejor. Eso sí, me dejaré fluir, contigo; por lo que siento, por lo que pienso. Y estaré a tu lado día sí y día también aunque no esté en cuerpo en corazón lo estoy, porque te siento aquí.
    No será difícil no, será más que eso y aún así lo lograrás, lo conseguiremos. Salir del pozo, alcanzar el gozo. Rozar el vuelo. Estrellarse también, y matarse de una ilusión. Qué poco listas fuimos por aquella época. Perdimos pero aprendimos. Pasamos rachas de esas malas, que ni se nombran ya pero se recuerdan. También nos reímos a carcajada limpia. Fue tan lindo. Momento a momento y paso a paso vamos avanzando, progesando y siendo más que estando.
    Unidas somos mejores y más fuertes.