Hasta ese momento -inicios-, es un libro brillante que saca a relucir temas que hacen reflexionar a uno mismo. Y eso, reflexionar, es lo mejor que puede hacerte un libro. Porque piensas, y pensar es abrirte la mente a otros temas, a otros mundos.
He vivido una contradicción constante. Que si “A” o “B”. He estado luchando con mis sentimientos y mis pensamientos. Y duele, y es extraño. Y a la vez es bonito pero duro.
También me he sentido frustrada con el libro, y aún no lo he terminado. Es intrigante. Mucho. No he podido parar de leer. Necesitaba saber más y más. Ha sido un tocho de palabras que me han hecho cuestionarme miles de cosas.
Tengo que decir que ha sido épico. Acabo de terminar el libro y tengo una sensación en mi cuerpo: una tristeza immensa, una alegría amarga.
He vivido tanto con este libro.
Me ha enseñado, me ha hecho reflexionar.
He sentido -mucho-.
Echaré de menos los personajes y las lecciones de Harry Quebert.
Estoy, llena de sensaciones inexplicables.
Me ha encantado.