Sólo voy por el capítulo 8 y ya me está marcando el libro, dejando huella en mí. Un “click”. Un cambio, un giro. Y me duele, me escuece, aunque me hace volver a creer en el amor; el enamoramiento. Y qué bonito, y qué dolor.
Tengo que detenerme y pausar la lectura, coger una bocanada de aire -respirar- y regresar en este mundo tan mágico. Me gusta, pero es una sensación de bloqueo, de “no puedo y quiero”. De “sigo porque me muero”.
Me ha roto por dentro.
Al terminar el libro he sentido, lo he hojeado por dentro, he mirado la tapa y he dicho en voz alta “Joder”. Luego he pensado: “Se me ha roto el corazón en mil pedazos”.