Una noche de ensueño

-Sólo quiero a alguien que se estire a mi lado, en el suelo y espere a que me levante, o me hunda más, mientras miro las estrellas en el cielo.

-Pues vamos -dijo, levantándose del banco. -Estírate conmigo, aquí, en el suelo.

-¿Ahora?

-Sí.

Se sorprendió, de hecho no se lo esperaba. Vio como él se estiraba en el suelo y, ella, lo hizo también, riéndose de la situación.
Estaban en una plaza, cualquiera, ¿qué importaba el lugar? Si cuando estaban juntos el mundo era distinto. Más sencillez y lucidez.
El cielo estaba estrellado, entonces, dijo, mirándole:

-Estamos locos.

-Quizás seamos nosotros los cuerdos en un mundo de locos.

-Estoy cansada de la vida ¿sabes? De esa monotonía que no se rompe.

-Ahora la estamos rompiendo ¿no lo ves?

-Sí, pero eso será sólo un momento, que se desvanecerá con el tiempo.

-Yo lo recordaré, siempre te recuerdo.

-Y yo..

-¿Tú qué?

-Te quiero. -dijo en un susurro con el corazón palpitándole a mil por hora.

-Ven, levántate. -le ofreció la mano y ella, con ayuda de él, se levantó.

Entonces se puso a correr hacia el medio de la plaza.

-¡Grítame!

-¿Cómo que te grite? -dijo, sin alzar la voz y observando su alrededor por si había alguien. Él estaba a unos metros de distancia.

-¡No te oigo!

Y, en una chispa de locura, lo hizo. Gritó.

-¿¡Qué quieres que te grite!?

-¡Lo que sientas!

-¡Te quiero!

-¡¿Qué!?

-¡Que te quierooooo!

Y, al mismo tiempo, corrieron hacia el otro, en una carrera lenta hacia el amor. Se abrazaron, se miraron, se tocaron, se besaron y se amaron, en una eternidad infinita.
La luna resplandecía, ella, bonita, sonriente ante la noche, que era vida.



One response to “Una noche de ensueño”

  1. Joer!!!! Preciosa historia!!!!!

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